CONTEXTOS/ Valores digitales en nuestra era

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Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

Las brechas de aprendizaje presentadas entre economías y contextos ricas y pobres pueden disminuirse con las herramientas digitales.

Sin embargo, los maestros necesitan una nueva infraestructura digital y capacitación para administrar aulas digitales efectivas, recursos de calidad y nuevos contenidos en torno a temas enfocados al futuro.

Las organizaciones pueden apoyar estas necesidades aportando su experiencia en habilidades digitales y de futuro para colaborar con maestros y escuelas.

Una banda ancha más abundante y mayor acceso a las computadoras domésticas o escolares se relaciona con mejores oportunidades de aprendizaje y en gran medida generan la capacidad de resiliencia educativa ante cualquier irrupción y representan la capacidad de proporcionar educación a distancia.

La infraestructura digital y la evangelización tecnológica representan los principales impulsores de la educación actual. Son instrumentos de actualización continua, apoyos y riqueza de información e, incluso, permiten compartir las mejores prácticas.

De acuerdo con la última publicación del Banco Mundial, The State of Global Learning Poverty, la pobreza de aprendizaje aumentó en un tercio en los países de ingresos bajos y medios.

Ahora, a medida que los países de bajos ingresos buscan cerrar sus brechas educativas, las organizaciones privadas y las organizaciones sin fines de lucro tienen papeles importantes que desempeñar. La oportunidad no es solo mejorar las tasas de alfabetización, sino ofrecer un plan de estudios centrado en el futuro y mejorar las habilidades para que utilicen el aprendizaje combinado entre la enseñanza presencial con la instrucción online. Esto permitiría ayudar a los estudiantes de países de bajos ingresos a salir de la pobreza.

Aprovechar la tecnología para mejorar la educación y ampliar las oportunidades, es una manera importante en que los socios de la red global Teach For All, integrada por 60 organizaciones, por ejemplo, apoyen a los estudiantes para que den forma a un futuro mejor para ellos mismos y para el mundo que los rodea.

Muchas universidades trabajamos ahora para desarrollar una generación digitalmente capaz. Es el primer paso para mejorar el futuro.