El espíritu navideño se apoderó de Atizapán y encendió la llama de la armonía y paz
La temporada más hermosa del año, la Navidad, ha llegado con toda su magia a este municipio, alegrando los corazones de la gente y encendiendo nuevamente la llama de la armonía, la paz y los buenos deseos, porque es una época para dar afecto a nuestros semejantes.
El espíritu navideño se apoderó de Atizapán y por ello, es que la alegría se ha derramado en cada hogar y cada gota de luz, se refleja en los rostros de las niñas, niños, padres y madres de familia, quienes esperaron 12 meses para ser partícipes de la convivencia y fraternidad que representan las fiestas de fin de año.
A la plaza pública principal del municipio, hicieron su arribo los muñecos de nieve, el árbol de Navidad monumental, cuyo encendido por parte del alcalde, Pedro Rodríguez, significa el inicio de las fiestas decembrinas.
Además, la instalación de la Villa Navideña, atrajo la atención de las familias atizapenses, que sellaron sus lazos de unión, al acudir a la explanada del palacio municipal, donde pasaron inolvidables momentos de diversión.
A la fiesta navideña, donde también estuvo presente la presidenta del DIF, Patricia Arévalo, no podían faltar los invitados de lujo: Santa Claus y los Reyes Magos, quienes viajaron desde el lejano oriente y el Polo Norte, respectivamente, para hacer pasar un buen rato a los pequeñines y desde luego, recibir sus peticiones sobre los juguetes que quieren tener como regalo en estas fechas.
En la Villa Navideña, las personas se divirtieron más allá de edades, condición social o creencias religiosas o ideologías políticas, le entraron al futbolito, incluso el propio presidente municipal, además de que los reyes del hogar, disfrutaron de actividades como dibujo y pintura.
