Empresas líderes llaman a acelerar la sostenibilidad hídrica en la industria de Alimentos y Bebidas en México

- La industria utiliza alrededor del 5% del agua nacional, pero es el sector que más ha avanzado en eficiencia, reúso y trazabilidad, presionado por reguladores y consumidores.
- Riego por goteo, aspersión y presurización podrían reducir hasta 60% del desperdicio de agua en el campo, donde hoy más de la mitad de los productores aún riega con métodos rudimentarios.
(Agencias).- En un contexto en el que México avanza hacia una nueva Ley General de Aguas, —y enfrenta su quinto año consecutivo con más del 50% del territorio en estrés hídrico —la industria de alimentos y bebidas, una de las más intensivas en recursos y altamente visible ante el consumidor, discutió cómo será competir y operar bajo este nuevo escenario. La conclusión fue contundente: medir mejor, usar menos y regenerar más.
Con ese objetivo, Veolia en México reunió a líderes de Grupo Danone, Nestlé y el Consejo Consultivo del Agua en la mesa de análisis “Soluciones innovadoras y estrategias sostenibles dentro de la industria de alimentos y bebidas”. Más allá de lo ambiental, la sostenibilidad ya es una variable dura de negocio, estrechamente ligada al acceso a capital, mercados e incluso talento.
Buena parte de la discusión giró alrededor del agua. México es un país donde conviven cuencas sobreexplotadas con distritos agrícolas que aún riegan por inundación. El Consejo Consultivo del Agua recordó que el 76% del agua nacional se destina a la agricultura, y que más de la mitad de los productores sigue utilizando métodos rudimentarios que pueden desperdiciar hasta 60% del recurso.
En contraste, la industria usa alrededor del 5% del recurso y, presionada por consumidores y reguladores, ha avanzado más rápido en eficiencia, tratamiento y reúso.
“No hay agua más cara que la que no se tiene. Hoy vemos voluntad política y una hoja de ruta en proceso; la oportunidad está en acelerar inversión y coordinación para que la tecnología de tratamiento, reúso y riego tecnificado deje de ser excepción”, advirtió Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua.
Como ejemplo de éxito, destacó el caso del Distrito de Riego 001 en Aguascalientes, donde más de 500 productores migraron de cultivos tradicionales a cultivos de exportación y redujeron pérdidas de agua en alrededor de 70%, demostrando que organización, inversión privada y tecnología e innovación pueden transformar la ecuación hídrica incluso en zonas críticas.
También subrayó la necesidad de escalar soluciones ya disponibles —como riego por goteo, tratamiento avanzado y, en casos extremos, desalinización— para enfrentar la creciente variabilidad hídrica del país.
Desde la perspectiva de las empresas de consumo, la sostenibilidad está siendo dictada por el mercado. Danone subrayó que, ante un consumidor que exige transparencia sobre el origen, los procesos y la huella de lo que compra, el sector de alimentos y bebidas ha dado un paso adelante.
La compañía, recientemente recertificada como B Corp a nivel mundial, reafirmó sus avances y compromisos para impulsar a las comunidades donde opera mediante iniciativas de agricultura regenerativa, estrategias de descarbonización y acciones para reducir el impacto ambiental en la cadena de valor.
Nestlé, por su parte, subrayó el desafío del desperdicio de alimentos, señalando que cerca del 37% de los alimentos producidos en México terminan como residuos. “Somos un país que consume de manera acelerada, pero también desperdicia mucho. El reto está en cómo impactar positivamente a toda la cadena de valor. Como compañías podemos ser competencia en el anaquel, pero en temas de sostenibilidad o nos unimos o esto no funcionará”, señaló Carlos Becerra, Gerente Medioambiental, Social y de Valor Compartido en Nestlé México.
Becerra también presentó el caso de la primera “Escuela Oasis Nestlé” en Veracruz, que genera más de 80 litros de agua potable de manera diaria a partir de condensar la humedad relativa del aire mediante la implementación de un sistema de hidropaneles alimentados con energía solar, además de captar 263 mil litros de agua de lluvia al año. El piloto busca replicarse en otras comunidades rurales.
Ante este panorama, Veolia subrayó que la sostenibilidad ya no puede tratarse como un complemento, sino como un determinante de competitividad, especialmente conforme se fortalece el nuevo marco hídrico en México.
Jean Philippe Endrès, Director de Desarrollo de Negocios Industriales en Veolia México, explicó que la transformación del sector para 2023 debe de pasar por tres elementos fundamentales: medición confiable, proyectos piloto y asignación de recursos técnicos y financieros para escalar soluciones.
Explicó que tecnologías como ultrafiltración, ósmosis inversa y sistemas de recuperación de agua regenerada pueden reducir consumos hasta un 30%, mientras que modelos de cogeneración pueden disminuir al menos 15% de las emisiones en plantas de alimentos y bebidas.
“En Veolia en México trabajamos con empresas en Chihuahua, en Puebla, en Jalisco… y todas coinciden en que se necesitan capacidades y conocimiento especializado para avanzar más rápido. El valor está en encontrar aliados que sí pueden ayudar a dar ese salto”, añadió.
Los especialistas coincidieron en que las soluciones existen, lo que determina el impacto es la capacidad de construir alianzas que integren industria, gobierno, comunidades y actores técnicos para escalar soluciones que hoy ya muestran resultados medibles.
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