Tibia y equivocada respuesta del gobierno mexiquense a pobladores de Texcaltitlán, ante gravísima crisis causada por el crimen organizado

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  • » Les vamos a dar apoyos tipo despensa»

Tras el enfrentamiento que le hizo la población de la comunidad de Texcapilla, del municipio mexiquense de Texcaltitlán, al crímen organizado, el cual dejó un saldo de 14 personas muertas, por defendieron de los extorsionadores, la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, ofreció paquetes alimentarios a los afectados, cuando la respuesta esperada por quienes ahí habitan, era que no se les dejara solos, ante la posibilidad de que los delincuentes tomen represalias contra ellos.

Los vecinos de ese municipio del sur del Estado de México, viven atemorizados y todos los días se sienten a merced de los transgresores de la ley, quienes se han erigido a sangre y fuego como autoridades paralelas de esa región, donde exigen cobrar derecho de piso, realizan el trasiego de drogas, llevan a cabo secuestros y controlan prácticamente todo.

Los delincuentes también fijan los precios de los productos básicos, son los proveedores de las tiendas y hasta son los que conceden o niegan los permisos para la realización de las fiestas, además de que dictaminan quién puede o no entrar a esa zona.

Con el propósito de sostener su poder y no dejar que las plazas caigan en manos de otros grupos delictivos, protagonizan violentos enfrentamientos con cárteles rivales, que terminan con las muertes de varios de los involucrados, heridos y víctimas inocentes que pierden la vida sin tener nada que ver con esa disputa territorial.

El sometimiento en el que viven los ciudadanos de Tixca (Texcaltitlán), como le dicen sus habitantes, es enorme y sin embargo, el gobierno mexiquense, se sale por la tangente y plantea una alternativa que en nada contribuirá a resolver el grave problema que existe en esa parte del Edoméx.

Durante años, los grupos del crimen organizado han impuesto sus exigencias a los habitantes del sur de la entidad, quienes se sentían y se siguen sintiendo desprotegidos, ante la ausencia de la autoridad, cuya omisión permitió a los delincuentes crecer y prosperar.

Lo ocurrido en Texcapilla no es un tema menor, pero todo el tiempo que la Fiscalía de Justicia, antes Procuraduría de Justicia brilló por su ausencia, al igual que la nula presencia del Estado Mexicano y las fuerzas federales, ahora solamente han llevado al gobierno estatal a dar una tibia respuesta, que deja igual de atemorizados a los pobladores de Texcaltitlán, pese a que la propia gobernadora ha señalado que no se les dejará solos. Pero ya dicen que ningún gobernante se había parado ahí, como si esa fuera la causa o ahora la solución a lo que viven los habitantes de Tixca…

Pero ante lo descomunal del entorno violento y del constante acoso de los maleantes contra los ciudadanos, a quienes buscan despojar del producto de su trabajo y el miedo que tienen los habitantes de Texcaltitlán de ser asesinados por la mafia que hoy ejerce todo su poder en la región, las autoridades nada dicen de los vínculos de complicidad que han existido entre los líderes del crimen organizado y las corporaciones de seguridad.

Esas corporaciones, nada hicieron y se esconden en lugar de cumplir con su obligación constitucional de proteger a la gente, lo mismo que la Fiscalía y las instituciones cuya labor de inteligencia, nunca aportó nada contra la delincuencia, mismas que hasta que han pasado esos lamentables sucesos, se han hecho presentes.

Los habitantes de Texcaltitlán, han entendido que ante el vacío dejado por la autoridad, no tienen otra opción que no soltar las armas con las que pueden defenderse de los delincuentes, por lo que, si la gobernadora tiene realmente interés en que se supere esa situación, la respuesta tiene que ser clara, contundente, con todo el poder de las instituciones del Estado de México y con el apoyo de toda la fuerza del Estado Mexicano, para liberar a las víctimas del crimen organizado, del yugo que tienen.