- Ponen en riesgo la intención de su dirigente Mario Delgado de ir en 2024 por “carro completo”.
Mientras el reloj avanza implacable y el tiempo se acaba para las decisiones cruciales en el partido morena, su dirigente nacional, Mario Delgado Carrillo, se encuentra sentado en un barril de pólvora que puede estallar y dar un rumbo inesperado a la definición de las candidaturas a los cargos de elección popular que estarán en juego el próximo año.
Y es que el instituto político guinda se encuentra en una encrucijada, debido a los ajustes por concepto de equidad de género que deben efectuarse para las nominaciones de quienes serán los abanderados y abanderadas de la izquierda, lo que de un plumazo puede subir y mandar a una victoria segura a algunos y al fracaso rotundo y derrota a otros.
Indudablemente, en esta definición habrá algunos sacrificados y sacrificadas, no obstante que ciertos estudios demoscópicos les otorguen ventaja en las preferencias, tanto de parte de su propia militancia, como en cuanto a la ciudadanía, midiendo su intención de voto.
El asunto no es menor, porque estarán en disputa miles de cargos de elección popular y 9 gubernaturas, donde la hegemonía que ha ido construyendo el partido fundado por el hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador, podría avanzar para consolidarse o retroceder y darle así alas a la oposición, para que ésta se sienta esperanzada y salga fortalecida.
El presidente de morena y sus estrategas electorales, tendrán que tomar decisiones muy cerebrales, para que el impacto que implicará el cumplir con las cuotas de género sea el menor posible y no salgan tan raspados del proceso que derivará en la jornada donde la ciudadanía acudirá a las urnas en 2024.
Morena se juega la vida en esta elección, porque su capital político está tambaleante ante decisiones gubernamentales de su líder moral (AMLO) ha ido en descrédito con decisiones muy ególatras a lo largo y ancho del país, el problema no es ese, el riesgo real es que se pierda lo que se podría ganar, debido a que se nombre a la persona no indicada, a la no tan bien posicionada, a la que no traía un trabajo previo en las comunidades y que no sea identificada por los potenciales votantes.
La cuestión para Mario Delgado como cabeza de ese partido es que si las cosas salen bien, se llevará los aplausos de propios y extraños, pero si salen mal, más de uno empezará a pedir su cabeza, porque los morenistas ya se acostumbraron a ganar y las derrotas por pocas que pudieran ser, tendrían una reacción negativa en el ánimo de su militancia y liderazgos. Faltan unas cuantas horas. Ya se verá lo que sucede…
